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La postura y el movimiento de un caballo con laminitis, ¿permiten diferenciar si existe un hundimiento o una rotación del tejuelo?

Posted on lunes, 1 mayo 2017

El herrador alemán Volker Schmidt piensa que sí. Conozcan su experiencia sobre cómo distinguirlo:

Laminitis

En muchos países, la llegada del buen tiempo marca el inicio de la “temporada de laminitis” para herradores y veterinarios.

Por este motivo, El Herrador ha decidido entrevistar al maestro herrador Volker Schmidt. Schmidt es conocido como uno de los principales expertos en laminitis equina. Esta fama se la ha ganado tanto por el éxito de sus tratamientos como por sus teorías integradoras, que combinan ideas clásicas con conceptos muy nuevos.

Gracias a su experiencia, no teme alejarse de los planteamientos tradicionales y poner en práctica técnicas poco habituales.

The Farriers Journal: ¿A qué presta más importancia cuando empieza a tratar un caso de laminitis?
Volker Schmidt: Siempre insisto en hablar directamente con el veterinario. En mi experiencia, el propietario del caballo, aunque tenga la mejor de las intenciones, no es capaz de transmitir adecuadamente la información que deben compartir el veterinario y el herrador.
The Farriers Journal: Además de las preguntas habituales, ¿qué necesita saber antes de empezar el tratamiento?
Volker Schmidt: Para mí, los aspectos más relevantes son los siguientes:

¿Qué posición adopta el caballo?

La experiencia demuestra que la postura clásica de laminitis, con las extremidades anteriores avanzadas por delante del cuerpo y las posteriores remetidas, se observa principalmente en los caballos con (un inicio de) rotación del tejuelo. Las extremidades anteriores se adelantan y se carga más peso en la región de los talones para lograr un efecto de cuña en suelo blando. De esta forma, el caballo alivia la tensión del tendón flexor digital profundo y, en consecuencia, contrarresta la rotación de la tercera falange ocasionada por el tirón de este tendón. Además, esta postura contribuye a que se cargue menos peso en la región situada por debajo de la punta de P3, extremadamente dolorosa. Al colocar el casco más recto, el caballo también consigue disminuir el efecto de palanca sobre la muralla de las lumbres. Así, procura compensar el tirón que sufre la muralla de las lumbres, que ha perdido la solidez de su unión al tejuelo a través de las láminas.

Cuando el caballo no avanza los miembros tan exageradamente, pero manifiesta mucho dolor, suele tratarse de un hundimiento de P3. A medida que el tejuelo se aproxima al suelo, cargar más peso en la región de los talones supone un alivio menor. En estos caballos, disminuir el tirón del TFDP también logra un efecto limitado. Así, el caballo con  hundimiento del tejuelo lo que intenta es evitar cualquier movimiento, especialmente los giros.

Lógicamente, existen casos combinados de hundimiento y rotación simultáneos. Valorarlos a partir de la postura del caballo es más difícil.

¿Cómo se mueve, el caballo?

Para responder a esta pregunta, tengo que seguir con el mismo planteamiento que en la pregunta anterior. Generalmente, los caballos con rotación del tejuelo en fase aguda-crónica apoyan claramente sobre los talones. Igual que cuando se mantienen en estación, con el aterrizaje sobre los talones los caballos procuran aliviar la región de las lumbres, muy dolorosa, disminuir la tensión del TFDP y disminuir también la palanca en las lumbres. En los casos crónicos en los que existe rotación, a veces los animales continúan aterrizando con los talones porque intentan compensar su nuevo eje óseo, de lumbres más verticales. Si el caballo se mueve, al paso, con gran rigidez, no aterriza sobre los talones, pero manifiesta un dolor muy intenso en los círculos, lo más probable es que exista hundimiento del tejuelo. En estos casos, además de las láminas de las lumbres, también se destruyen láminas en las cuartas partes. En consecuencia, todos los movimientos giratorios son extremadamente dolorosos y perjudiciales. Además, es importante saber de qué raza es o qué tipo de
caballo se está herrando.

Muchos ponis tienden a desarrollar laminitis debido a la sobrealimentación, pero también se recuperan antes que sus primos con mayor porcentaje de sangre inglesa. Los caballos de deporte modernos, de sangre caliente, son menos susceptibles a desarrollar laminitis debido, también, a la calidad del manejo que se prodiga en las cuadras de deporte de primera línea. Sin embargo, cuando presentan la enfermedad, el curso de la misma suele ser más problemático.

En general, las probabilidades de que el tratamiento tenga éxito son menores cuando el caballo ha sido tratado anteriormente de laminitis. Los pacientes que la desarrollan por primera vez tienen un pronóstico mejor.

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