En cascos muy secos, ¿funciona falsear los talones?

El experto sudafricano en caballos de carreras Andy Rivas cuenta cómo falsea los cascos resecos:

Herrado de caballos de carreras en Sudáfrica

En la mayoría de los caballos que Rivas examina, la cara medial del casco es la región que soporta más fuerza durante el galope tendido. Así, los talones mediales, que son empujados hacia arriba, pueden suponer un problema. Si no se tratan adecuadamente, puede aparecer dolor en esta estructura. En los casos leves, Rivas procura alterar las fuerzas que soporta el pie. Mediante el biselado del talón medial de la herradura, desplaza hacia adelante el punto de contacto con el suelo, que queda más cercano a las cuartas partes mediales, lo que asegura que el talón medial toca el suelo en una fase menos temprana del aterrizaje. Este sistema resulta en la disminución de la presión ejercida sobre el talón medial tanto estática como dinámicamente.

En los casos más graves, falsea los talones mediales. En estos animales, la clave del éxito reside en aplicar un tratamiento antes y después del herrado. Antes de falsear un casco, Rivas le aplica una cataplasma de salvado de trigo caliente y sales de Epsom™. El emplasto ablanda el casco lo suficiente para que la cara medial descienda después de falsearlo. La herradura se coloca utilizando únicamente dos clavos delanteros en el lado escofinado. El caballo permanece así en la cuadra toda la noche. A la mañana siguiente, el lado falseado del casco pretratado, reblandecido, suele haberse asentado hasta entrar en contacto con la herradura, momento en que ya pueden clavarse más clavos. Seguidamente, el casco vuelve a endurecerse vendándolo con una mezcla de azúcar y aceite de eucalipto. Este procedimiento
ayuda a mantener en su sitio el talón asentado y también contrarresta la sensibilidad que pueda haber aparecido después del tratamiento reblandecedor del tejido córneo. La combinación de azúcar y aceite de eucalipto también se utiliza en caballos de pies delicados o de primer nivel para asegurar que su rendimiento sea óptimo.