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¿Elige las herraduras mecánicas según su robustez?

Posted on lunes, 15 mayo 2017

Por qué el herrador es la única persona que puede decidir qué herradura utilizar.

Comparta este artículo con su entrenador, su veterinario y demás miembros de su equipo para ayudarles a comprender que algunas decisiones sobre el herrado son competencia exclusiva del herrador.

La posición de las claveras

La posición de las claveras hace referencia a la distancia existente entre las claveras y el borde externo de la herradura. Si esta distancia es grande en proporción al conjunto, se dice que la herradura es (más) carnicera. Si la distancia es proporcionalmente menor, la herradura es más somera (menos carnicera). Más o menos carniceras.

as herraduras mecánicas se diseñan con una distancia determinada entre las claveras y el borde externo. Dicha distancia puede modificarse volviendo a estampar las claveras con la estampa o el punzón. En la práctica, este procedimiento es poco habitual y se reserva para casos especiales. En ellos, sin embargo, las herraduras forjadas a mano funcionan mejor, ya que permiten que el herrador decida desde el principio la distancia que quiere darles.

La distancia entre las claveras y el borde externo viene determinada por las características anatómicas de cada casco.

En función de la raza, caballos con cascos del mismo tamaño pueden tener grosores de muralla diferentes. Un ejemplo clásico de ello son los caballos de deporte modernos, con mucha sangre purasangre, y los purasangres, con cascos de muralla fina. Al otro lado de la escala están las líneas tradicionales de caballos cruzados, con cascos fuertes de muralla gruesa. Si se utilizan las mismas herraduras colocadas de la misma forma en estos dos tipos de caballo, es muy probable que se produzca una de las dos situaciones siguientes:
Si se coloca una herradura demasiado carnicera en un casco de muralla fina, aumenta el riesgo de enclavadura porque las claveras quedan por dentro de la línea blanca. En la práctica, este fenómeno se observa con menor frecuencia que el segundo, cuando se coloca una herradura de claveras someras en un casco de muralla fuerte y gruesa. Por desgracia, el daño resultante acostumbra a tardar un tiempo en observarse. En este último caso, los clavos se colocan demasiado hacia fuera, de forma que se asientan en la muralla en vez de hacerlo en la línea blanca, que es lo correcto. En consecuencia, la calidad de la muralla se deteriora enormemente. Para mejorarla, con frecuencia se instaura un tratamiento con suplementos nutricionales y otros productos para el cuidado del casco. En general, las herraduras se ven como la causa del problema, cuando la lesión viene producida por una colocación incorrecta de los clavos.

En la práctica, el veterinario debería explicar qué efecto desea lograr con la herradura en lugar de recetar un modelo de herradura mecánica concreto.
Así, es mejor que el veterinario informe del efecto que busca con el herrado pero deje que sea el herrador quien decida qué modelo colocar.
Como se ha dicho anteriormente, el ajuste de la herradura – tanto si se deja ancha como si se ajusta con un estilo más ajustado, tipo inglés de caza – influye enormemente en la posición de las claveras. Este tema se tratará en próximas entregas.

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